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Como me dijo un gran amigo: tu blog parece el programa de Ferrando "Trampolin a la Fama"

domingo, 1 de enero de 2012

AÑO NUEVO: DESEOS, SUERTE, ASPIRACIONES Y AMBICIONES

Siempre el inicio de un nuevo año motiva mensajes que utilizan los términos deseos, metas, suerte, aspiraciones y también ambiciones. Todos ellos con definiciones subjetivas o que muchas veces no se con dicen con la trascendencia de su significado. No pretendo ser un erudito de la lengua con este blog pero si hacer unas reflexiones alrededor de estos términos.

El termino deseo tiene muchas connotaciones, pasan por querer, anhelar, capricho, antojo, lujuria, codicia, avaricia, aspiración o ambición, entre otras. Podemos revisar ampliamente sobre el tema en el libro de Marina y López Penas (Diccionario de los sentimientos), quien hace un enfoque lingüístico y psicológico. Aquí nos ocuparemos de la aspiración y ambición que son los que más se asocian a nuestro entorno laboral.

También es cierto que es necesario definir lo que es una meta. El termino está ligado al éxito. Meta es llegar a conseguir algo que se había deseado y éxito es cuando con esa meta uno sale de una situación para pasar a otra mejor o diferente. El empeño, las aspiraciones y las ambiciones son deseos que al cristalizarse se constituyen en una meta y probablemente al éxito.

Desde muy joven aprendí a trazarme metas cada inicio de año y rendir cuenta de ello cada 31 de diciembre. Un acto de contrición en un momento del día en casa o en el interior de la iglesia de Las Nazarenas. Lo inculque a mis hijos desde muy niños y creo que hasta ahora lo realizan sistemáticamente año nuevo a año nuevo.

Sin embargo a medida que pasan los años son pocas las metas a proponerse y son mayores los sueños. La diferencia está en la acción. La meta implica un deseo ligado a la acción, el sueño no. El sueño espera pacientemente que la oportunidad se presente y si estoy preparado para ello la aprovecho. Es a esa conjunción de oportunidad y preparación lo que muchos llaman suerte. La presentación de la oportunidad tampoco dependan en lo mas mínimo de mi actuación, dependen de otras personas o circunstancias. Estas condiciones se dan espontáneamente. Por lo que los sueños no deberíamos considerarlas como metas. Pero tienen la importancia de motivar y condicionar una preparación a la espera de la oportunidad. Como conclusión podemos afirmar que para tener suerte hay que prepararse (estudiar, trabajar, conducta adecuada, mostrar empeño, etc.)Y esperar que la oportunidad se presente, si se presenta. Estos son sueños que no deben ser considerados como aspiraciones, pretensiones o ambiciones que conduzcan a una meta.

De otro lado tenemos las aspiraciones personales que algunos llaman ambiciones positivas. Estas se enmarcan en los deseos que son viables y que dependen fundamentalmente de nuestra acción. Va de la mano con la preparación para obtenerla y también con la búsqueda de la oportunidad. Esta búsqueda de la oportunidad es lícita en la medida que se realice dentro de las normas de la ética y con un comportamiento moral, con respeto a las personas y a las instituciones. Aquí queda la interpretación muy personal si cada uno de los actos corresponde a lo manifestado y de la misma manera la de los observadores para realizar el juicio correspondiente. Cuando se camina en el límite de lo moral se presta para la discusión.

Suele ser considerado que el estado más saludable para una persona es aquel donde la ambición actúa como disparador de acciones, pero dentro de los límites de la coherencia y el respeto
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Otra cosa es la ambición, que de acuerdo a lo que estamos definiendo sería considerada por otros como ambición negativa. Esta va de la mano con malas artes, es plantearse metas sin tener ni pretender una preparación adecuada o buscando la oportunidad ilícitamente, atropellando a las personas, no respetando principios ni valores institucionales o sociales. En esta situación no hay una conducta en el límite de lo moral, es francamente amoral y usualmente no amerita discusión alguna el juicio emitido.

Existe una situación peculiar. La inacción frente a situaciones ilegales o inmorales o en el mejor de los casos discutibles, que permitirían consolidar un deseo. Es una ambición por omisión.

Concluimos que la diferencia entre la aspiración y la ambición radica en la conducta. En el ámbito religioso la ambición, aunque referida al deseo de riqueza también es condenada. Basta leer Santiago 3:16.

De tal forma que el próximo año tengamos mucho cuidado cuando digamos:
"que todos tus deseos se cumplan", se referirán a la lujuria o a la codicia?
"que el éxito te acompañe","que las metas trazadas se realicen", bajo cualquier circunstancia?. Creo que lo mas sencillo es decir "que tengas suerte, se cumplan tus aspiraciones y que estas no se conviertan en ambiciones"